Todos sentimos a veces que llevamos una inmensa cruz a cuesta, no importa a que religión o credo pertenecemos la sensación es siempre la misma. Aquellos que amamos a Jesús sabemos que después de la tormenta siempre sale el sol, que jamás estamos solos porque Él nos acompaña en cada momento de nuestras vidas, sólo que estamos tan ocupados en mirarnos a nosotros mismos y en creer que somos todopoderosos que olvidamos que alguien mucho más sabio, misericordioso, amoroso y poderoso que nosotros rige nuestras vidas. Yo soy feliz porque lo conozco y comparte minuto a minuto mi vida, vive en mí y puedo hablarle, mirarlo y confió plenamente en Él. Yo sé que JESÚS al tercer día resucitó y VIVE. Vive en mí y en ti. Gracias mi amado Maestro por todas tus enseñanzas, Gracias por tu inmenso amor y por tus amorosos cuidados, gracias por todos tus regalos. Junto a ti siempre sale el SOL. Gracias. Te amo.
Adriana Fresta
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