Buenos días hoy es el día más feliz de mi vida y como regalo amaneció una esplendida mañana y allá puede ser que sea una hermoso día lluvioso, con viento, tal vez demasiado calor o ya estés sintiendo como se precipita la nieve, todo ocurre simultáneamente.
Debemos confiar en que cuando tenemos que pasar por grandes procesos Dios envía toda su luz y a todos sus ángeles a cuidar de nosotros. Aparecen de todas partes para traernos la palabra justa que sea un bálsamo para el alma, la sonrisa amplia que alegre el día, el aroma a naturaleza que nos acompaña siempre. Al abrir el corazón somos bendecidos, nada afuera todo dentro. Gracias a mis tropiezos he aprendido a caminar erguida y plantada sobre mis pies. Bendiciones para todos y en todas partes.
Adriana Fresta
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