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jueves, 9 de julio de 2009

Poder ¿Qué busco en él?


Que busco…. En el poder. En mi afán de buscar analizar siempre las causas de varias de nuestras actitudes, muchas veces me he preguntado que hace que Juan o María se postulen para ser miembros de la Junta directiva de un Club, de una Fundación, de algún Comité, de Junta de Padres y Representantes, del Condominio, etc. Recientemente participé en un trabajo en conjunto sobre la experiencia del Poder que se esconde en los miembros de todas esas organizaciones sin fines de lucro, fue muy enriquecedor para mí, ya que en todos estos años he participado como miembro de alguna de ellas. Al ser todos estos cargas ad honoren, tiene que haber verdaderos motivos para impulsar a ciertas personas a tomar la decisión de pertenecer a alguna de estas.

El dinero:
Lamentablemente esta es la primera causa a pesar de ser vergonzosa, es muy real. Muchas personas se acercan a estos cargos por razones simplemente económicas, los porcentajes, las comisiones, las posibilidades de ubicar a familiares o amigos dentro de las organizaciones y estos sí tienen derecho a un sueldo o beneficios monetarios.
El reconocimiento:
Los que creen que pueden lograr aceptarse más, sentirse mejor con ellos mismo, lo buscan a través de la aprobación de otras personas, entonces al principio toman el poder como bandera e inmediatamente la convierten en una espada que van cortando todo a su paso, sin importar quién, qué, cómo ni dónde.
Buenas intensiones:
Están tan llenos de buenas ideas, pero a veces tan comprometidos que no pueden realizar nada de lo que querían ejecutar, las buenas ideas o las buenas intensiones son importantes pero lo único necesario es la rectitud, honestidad, humildad, capacidad y conocimiento para realizar las cosas necesarias, siguiendo inalterablemente un orden y una prioridad, de lo contrario estaría condenado al fracaso.
Para mejorar:
En todos estos años, es la frase que más me asusta, porque he podido ver, que cuando dicen que van a mejorar, se trata de mejorar algo para su propio interés o para el beneficio de familiares.
Comprometidos con la causa:
Estas personas están tan comprometidas que sólo pueden contactarse con su propio sentimiento y con la causa, entonces al no ver la raíz del problema desde otro lugar, desde la verdad, no pueden ni siquiera imaginar la posibilidad de originar algún cambio. Incluyen a unos y excluyen a otros, siempre hablan de buenos y malos. He aprendido que para que algo cambie no hay que juzgar ni a buenos ni a malos, todos somos necesarios para que se genere el cambio, así es la vida llena de polaridades.
Mejor aquí que en casa:
Estos son los más peligrosos, no saben nada de nada, no quieren aprender y entorpecen el verdadero trabajo, les encanta criticar, sobre todo de temas que no tienen la más mínima idea, toman esto como la posibilidad de lucirse, sentirse importantes, realizar cosas que como individualidad no serían capaces, llamar la atención esa misma que no consiguen en sus casas o en su propio entorno.
Poder:
Sin palabras. En la mente de estas pobres personas solamente está “Ahora aquí se hace lo que yo digo, como y cuando, quienes y donde yo digo.”Son los que más ayudan necesitan, son los que más abandonados y excluidos se sienten.
Los Grandes:
Todos podemos ser grandes colaboradores de este tipo de instituciones tan necesarias, algunas trabajan en la inclusión de personas que no estamos listos para reconocer, los alcohólicos, las autistas, las mujeres maltratadas, la violencia infantil, los homosexuales, etc. Y otras para mejorar lo que existe como comunidades, clubes, colegios, grupos de cualquier tipo.
Creo firmemente en los grupos y en la fuerza que estos generan pero también sé, que sólo se obtienen logros efectivos cuando lo podemos realizar desde una metaposición, totalmente centrados en el dar y en perfecto equilibrio con el tomar. Podemos hacer grandes cosas, grandes cambios. Por esta razón les invito a leer y que hagamos un acto de reflexión, estoy segura que nos puede permitir ahora o la próxima vez que participemos en alguna de estas organizaciones hacerlo diferente. Para tratar de no realizarlo como lo dicta la conciencia familiar.
Con todos los que compartimos este trabajo nos pareció muy interesante y enriquecedor. Recuerda que no puedes cambiar con el sólo hecho de desear cambiar, esto lleva un gran entrenamiento, pero tal vez te descubras y conozcas un poco más. Siempre comento que veo algunos personas que pasan muchas horas en un gimnasio para lograr mejorar su cuerpo, y esto está muy bien, pero el secreto de la felicidad está en pasar toda la vida en mejorar el alma, el espíritu y la mente. Porque nuestras equivocaciones deberemos pagarlas más temprano o más tarde y si no tuviéramos el tiempo, el interés o la disposición para cancelarlas, lo deberán hacer nuestros hijos o los hijos de nuestros hijos, de todos modos al final la deuda estará saldada.
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Observación:
Como este Caso usted conocerá muchos que se le parecerán.

Cuando yo llegué al edificio donde vivo mis hijos tenían 2 y 3 años, en la planta baja tenemos un lugar maravilloso para jugar fútbol, montar bicicleta, andar en patines sin peligro y así lo hacían todos los niños y adolescentes, pero cuando sus hijos crecieron y alguna de esas madres tuvieron la oportunidad de estar en la Junta de Condominio, determinaron que en esa área no se podía jugar porque los niños, gritaban y molestaban a los primeros pisos, porque rompían las plantas, eso era verdad, pero para mí era más importante que mis hijos y sus amigos disfrutaran que tener tantas plantas. Lo interesante es como se les olvidó a esas personas que tranquilidad y que bueno era ver a sus pequeños hijos disfrutar de esa área, que ahora no utilizan porque han crecido. Todavía no entiendo porque ahora ellas no permiten que se juegue allí. Así somos…
Mis hijos ahora son adolescentes, ya no usan el patio pero yo sigo opinando igual, que alegría me da ver a los más pequeños jugando básquet, a las escondidas, anden en patineta o… sean felices.
Caso que afectó a una comunidad estudiantil.

Para muchos colegios el fútbol para varones se ha convertido en el más importante deporte. Además que los ayuda a aprender a trabajar en equipo, a respetar las decisiones de otros, promueve la responsabilidad, disciplina, orden, humildad, ayuda a la auto superación a través de los propios resultados, tiene muchas cualidades para la formación de los muchachos. Si se sabe utilizar este deporte ayuda a la integración de todo el alumnado ya que esto motiva a niños de 1 a 5 años, y si se logra fomentar de manera adecuada los alumnos se sienten identificados con su equipo “el Colegio”. Yo aún recuerdo cuando pertenecía a la barra de “mi colegio” compartía con niños y jóvenes de todas las edades, yo no faltaba nunca a un partido, era importante para nosotros compartir, no había diferencia entre los de un grado o de otro, todos estábamos allí por el mismo objetivo el apoyo que le pudiéramos dar a nuestros compañeros y el afán de ganar. El trabajo de integración dentro de los colegios cada vez es más complicado, debemos hacer muchos esfuerzos, realizar actividades que estén acorde con el tiempo en que vivimos y las verdaderas necesidades. Hace poco con tristeza constaté algo que yo vaticiné 3 años antes en el Colegio MM. Después de ver el resultado obtenido en el fútbol y el desinterés de los muchachos de este Colegio, cuando por causalidad me encontré con la encargada del Deportivo, le pregunté:
- ¿Cuántos adolescentes tienen aún inscritos?, me respondió:
- Muy pocos, sucede que los varones a esa edad pierden el interés, no son responsables, (otra vez con la culpa es del otro). Me llamó mucho la atención esa respuesta, ya que yo misma tengo un adolescente que ama el fútbol y estoy rodeada de muchos compañeros de él, puedo ver el entusiasmo, la pasión y la responsabilidad con que toman esta actividad. Pero para que esto suceda tiene que haber motivación, sentir que tienen profesores capacitados, que hay organización, autoridad, conocimiento y de ese modo ellos son los primeros interesados en aprender, de lo contrario cuando crecen y continúan con interés se ven obligados a emigrar, viéndose obligados a dejar su colegio como ha pasado con muchos de ellos.
La realidad es otra, hace unos años unas mamás llenas de buenas intensiones. Se proclamaron parte del comité de deporte, a mi entender el único interés de la Presidente Hortensia y de algunas de sus miembros, eran sus hijos. Personas muy respetables, honestas, algunas son profesionales, pero sin ningún conocimiento en deporte, ni especialistas en las necesidades de los niños y adolescentes, pero sí con muchas ganas de generar cambios. Se encontraron con un deportivo en conflicto, nuevamente (por que los otros, hicieron, no hicieron, otra vez la culpa es del otro). Trabajaron muy duro para cumplir su principal objetivo el Básquet, ya que los hijos de la mayoría de este nuevo grupo practican este deporte, realizaron grandes logros para esta disciplina, realmente merecen toda las felicitaciones, pero… el costo muy alto, sacrificaron y descuidaron lo que era la fuerza del deporte como en todos los colegios “El Fútbol.” Tanto que algunas se negaron a aceptar los consejos y participación de padres especialistas, de Entrenadores conocidos, y otras simplemente lo que es peor omitieron su opinión en pro de sus propios beneficios y no a favor de la comunidad.
Así se desintegrando los grupos y cada uno de los muchachos fueron perdiendo poco a poco el interés, el sabor, se perdieron muchos posibles talentos por no estar en manos de buenos profesores sólo interesaba que sus hijos pudieran jugar por lo tanto maestros que pudieran manipular, así los jóvenes que realmente estaban interesados tuvieron que buscar por otros rumbos.
Comentando esto con el Director de la Escuela él recordó: “Hace mucho tiempo en este Colegio había Béisbol, se metieron algunos padres y… terminaron con el Béisbol”. Esto es lo que consigue el no querer escuchar, el hacer las cosas para nuestro propio beneficio cuando nos embanderamos que hacemos lo mejor para todos.
La capacidad de observación que para mí es lo más importante. Desde aquí quiero hacerles llegar está reflexión:

Nuestros hijos merecen los mejores profesionales, maestros, médicos, personas que sepan, además de ser buenos en su materia, deben saber prestar atención también a la parte emocional y personal. No podemos dejarles la responsabilidad de esto a dos o tres personas que se adjudican el cargo de Directiva, Gerentes, Presidentes de lo que sea, y además se olvidan que nosotros tenemos también derecho de opinar, porque somos los padres y sus pares. Hay una frase muy famosa “Con mis hijos no te metas”.
Lamentablemente yo veo las consecuencias en los niños, las heridas emocionales guardadas, cada vez que nosotros permitimos como padres, que otros tomen nuestra responsabilidad. Estamos en tiempos muy difíciles, donde tenemos que supervisar muy bien a los amigos y a los adultos que rodean a nuestros hijos.


El mejor poder que podemos obtener, es el Poder sobre nosotros mismos, por ser tan difícil, debemos dedicar nuestra vida en conseguirlo.

Les recomiendo leer "El Poder del Ahora" del Maestro Eckhart Tolle excelente libro, estoy segura que lo disfrutaran.
Adriana Fresta de Venutolo

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