Al ver esta foto me sentí inspirada y pensé que está era la mejor metáfora para describir que es el matrimonio...
Dos personas que se complementen subidas a un mismo bote llamada convivencia.
Mirando hacia un mismo lado, buscando una meta en común que va cambiando a medida que supera las diferentes etapas o logros.
Sólo hay lugar para dos en este bote porque eso es ser una pareja.
Remando juntos y simultáneamente es la única forma que se puede avanzar al encuentro del amor, la felicidad, la evolución, de formar una verdadera familia con la llegada de los hijos.
Es un equipo donde los dos son necesarios e importantes, donde cada uno sabe que debe hacer y reconoce la importancia y lo necesario que es el otro para triunfar en este deporte llamado matrimonio.
Este deporte llamado matrimonio, necesita de amor, constancia, fuerza, perseverancia, entrenamiento, respeto, solo así verá sus esfuerzos consagrados en grandes logros.
Si uno de los dos integrantes rema solo, el bote gira siempre en el mismo lugar pareciera que navega pero en realidad no avanza, simplemente están dando vuelta en los mismas situaciones, estancados mirando lo mismo, una y otra vez.
Si uno de los dos deja de remar, uno puede tomar el remo del otro y continuar remando por los dos durante un tiempo, pero luego de tanto esfuerzo se cansa, por lo tanto deja de remar y el bote ya no avanza, permanece quieto en el mismo lugar,y la corriente los arrastra y ninguno de los dos remeros sabrán donde van.
En los últimos dos casos dará la oportunidad de culparse el uno al otro, uno dirá que hace más, que rema más o mejor que el otro y el otro dirá que no puede más o que no le interesa seguir remando. En este momento tocaran las verdaderas heridas del nudo familiar. Y lo que es peor pueden decidir abandonar el bote, o cambiar de pareja creyendo que el problema está en el otro, y en realidad no hay problema, solo una oportunidad de sanar y mirar hacia el mismo lado, con respeto, tolerancia y mucho amor.
Al adentrar en este mar me invito y te invito a remar en el bote del matrimonio junto a tu pareja, erguida, fuerte, amorosa, segura, con consciencia, ambos con la vista hacia adelante, hacia el futuro y cuando desees descansar hazlo, paren el bote, descansen, ámense, rían, conversen, proyecten, creen cocreen y luego a continuar...
Sabiduría es aprender a disfrutar de la calma, la lluvia, el sol, los vientos, las gaviotas, la tranquilidad, las olas, los huracanes, la paz que trae un travesía en el mar, porque el trayecto siempre es maravilloso y jamás es igual.
Cada día aparece una nueva oportunidad.
Gracias, Gracias, gracias a mi marido, mi maravilloso compañero de camino.
Siempre hacia adelante, sin volver la vista atrás.....
Adriana Fresta
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