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martes, 14 de septiembre de 2010

El Cuerpo es Indiscreto.

El cuerpo, la herramienta más perfecta que ha creado Dios.
Sabemos que no sólo somos un cuerpo físico, pero éste es el vehículo que utilizamos durante el periodo que estamos en este mundo. Él nos posibilita que podamos experimentar en este plano físico todas las experiencias que necesitamos para aprender.
Cuando comprendemos todo esto, es nuestra obligación tomar conciencia de él, de aprender a escucharlo, de atender sus demandas, porque aunque no seamos conscientes de ello, nuestro cuerpo nos manda mensajes constantemente, nos transmite lo que siente a través de reacciones, enfermedades etc.
El arte de aprender a escuchar el cuerpo va de la mano del arte de aprender a ser consciente en otros campos y una vez que una persona se interesa por desarrollarse en la evolución como Ser, no debe olvidar que uno de los medios que le va a posibilitar este conocimiento es su propio cuerpo mediante el cual va a experimentar todo tipo de circunstancias que le afectarán en la medida en que conozca y sepa “escuchar” lo que su cuerpo también siente.
Por lo tanto, el cuerpo, nuestro querido cuerpo, es un tesoro al cual se le debe dar la importancia que se merece y que esto a su vez nos puede ayudar a encontrar el equilibrio entre lo físico y lo espiritual.
El cuerpo es indiscreto pero yo le agradezco profundamente su indiscreción porque siempre logra decirme que está sucediendo en mí. Porque cuando algo aparece en el cuerpo es porque tiene tiempo estando dentro sin ser visto ni escuchado.
El resfrío "chorrea" cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta "tapona" cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir.
La diabetes invade cuando la soledad duele.
El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable.
Las uñas quiebran cuando las defensas están amenazadas.
El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.
La presión sube cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
¿Y tus dolores callados? ¿Cómo ellos hablan en tu cuerpo?
Pero cuidado... elegí qué hablar, con quién, donde, cuando y como!!!
Los niños (el niño interior que todos llevamos) cuentan todo, para todos, a cualquier hora, de cualquier forma.
Pasar un informe es ingenuidad.
Elegí alguien que te pueda ayudar a organizar las ideas, armonizar  las sensaciones y recuperar la alegría.
Todos precisan saludablemente de un oyente interesado.
Pero todo depende, principalmente, de nuestro esfuerzo personal para hacer que sucedan mudanzas en nuestra vida!!!

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