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jueves, 24 de septiembre de 2009

Reconociendo lo que Es

Este año tuve la suerte de conocer Ezquel, un hermoso lugar perdido en la Patagonia Argentina. Donde te abraza, la tierra, el cielo, las montañas, y miras a tú alrededor y ves más tierra, más cielo y más montañas y muchas veces se deja ver el sol. Llegué a ese sitio por que simplemente allí me esperaba otro aprendizaje. De repente, sentí el ruido de una locomotora, pregunté a los lugareños que era ese sonido y me contaron que era el "Viejo Expreso Patagónico", conocido afectuosamente como "El Trochita", un viejo tren que une las localidades de Ingeniero Jacobacci y Esquel desde el año 1945 sobre una vía férrea de trocha angosta, de una sola vía de tan solo 75 cm. de ancho. Un hermoso tren a vapor que invita a soñar.


No nos fue posible hacer el habitual paseo en tren, porque sólo transporta 60 personas, entonces decidimos ir a esperarlo a la estación Terminal. Al llegar a la Estación Nahuel Pan (en lengua Mapuche significa Puma, Tigre). Apenas bajé del coche, algo sucedió dentro de mí, estaba feliz por la algarabía de mis hijos y primos, y nosotros mismos, todos ansiosos esperando el famoso y tan anhelado tren a vapor, el último en su especie. Mientras esperábamos la llegada del tren , comenzamos a ver la feria artesanal, unos vendían, mermeladas, galletas, tortas fritas, otros artículos de cuero, piedras llamadas semipreciosas,( en realidad no se quien se sintió con derechos de darle más valor a la esmeralda, al brillante, que a la amatista, rodocroxita , lapilázuli, o…) Basta mirar las piedras para ver en ellas la grandeza de Dios, por fuera casi todas son iguales, pero cuando los talladores, con amor comienzan a buscar el centro de ellas, a descubrir lo mejor de cada una de ellas, allí, precisamente allí aparece la hermosura, las betas, los colores, no hay palabras ante tanta belleza. Igual que sucede con las personas, por fuera todos iguales, con mascaras, con miedos, culpas, etc. pero cuando conseguimos el maestro y entramos en nuestro propio ser aparece la maravilla que Dios hizo con nosotros. También había quienes trabajaban la platería, me llamó la atención un dije en particular, había algo en él que cautivaba, quería comprarlo, tenerlo conmigo o algo así, porque terminó en mi cartera, rumbo a Caracas.
Le pregunté al artesano que lo había realizado si tenía algún significado, él me respondió que era el símbolo de la cultura Mapuche, y me dio una pequeña explicación. Recién allí comprendí por me sentía atraída de ese modo. Quedé fascinada con la tranquilidad, sencillez, la armonía y la paz que se les veía en cada uno de los rostros de esos herederos de la cultura indígena de mi país. ¿Mi país? yo nací en Argentina pero soy hija, nieta y biz de inmigrantes Italianos, que fueron recibidos tan bien, se adaptaron tanto a estas nuevas tierras, que de inmediato se sintieron verdaderos Argentinos. De pronto mi primo me llamó para que entrara al Museo de Culturas Originarias de Nahuelpan y todo cambio para mí. Durante toda mi vida descalifiqué a los indios, es decir jamás tuve conciencia que ellos eran los primeros, que ellos estaban allí, eran los dueños, los herederos, que su cultura es maravillosa y sabia. Y en un minuto, me encontré parada frente a los retratos de los ancestros del Cacique Sergio Nahuelpan, de los grandes hombres y mujeres que habían hecho tanto por esa comunidad, a quienes Dios designo darles esas tierras, ellos habitaban estas regiones, desde que el tiempo es tiempo…
Sentí una energía, un amor particular en ese lugar algo era distinto, allí parada ante tanto conocimiento, me sentí atrapada por esa sabiduría que rodeaba el lugar. Pero… un día llegaron los españoles, los ingleses y como me dijo Cristian Pailllef un orgulloso Mapuche de buena cepa, mientras me contaba en pocas palabras la historia de sus ancestros, mostrándome el retrato de una anciana india, tan llena de arrugas como de sabiduría. Y me contaba que había hecho o que había transmitido. Todos habían dejado su huella imborrable. Hasta que finalmente llegamos a la foto de una India que había cedido sus tierras, para que se construyera la primera escuela. Aquí vienen la frase más impactante de mi vida Cristhian se refirió así “Cuando llegaron a nuestras tierras los hombres blancos con intereses distintos a los nuestros”…
Que frase más piadosa, me trasmitió tanto amor, no había ni un dejo de rabia ni tristeza, sólo aceptación y sumisión. Eso es realmente reconocer lo que fue tal y como fue y mirar hacia adelante, con el propósito de recuperar la importancia de la cultura originaria. Me sentí tan avergonzada conmigo misma y comprendí que Dios me estaba mostrando otra cosa. Vivenciar el amor que ellos pueden sentir por sus raíces, por sus ancestros, su devoción por cada aprendizaje recibido, me conmovió tanto, que sentí que debía entrevistarlo y testimoniar.
Él personalmente me acompañó durante el recorrido del maravilloso museo de apenas 20 metros cuadrados. Había tanta sabiduría, tanta sencillez, tanto respeto, que quedé impactada.En ese preciso momento en nombre de todos los blancos (como nos llaman ellos) y en el mió propio le presenté mis respetos y mis disculpas por todo lo que había sucedido. Comencé a llorar delante de él sin poder contenerme, pero tranquila, era un llanto sanador, desde la profundidad del conocimiento y de la verdad, luego me sentí muy pero muy bien. Feliz, algo había cambiado en mí. En reconocer lo que es, genera siempre grandes cambios. Estas tierras son vuestras, Argentina es de los Mapuches, Tehuelches, Onas, Tobas, Querandí y otros. América es indígena. Nada se puede cambiar de lo sucedido, pero si podemos comenzar a respetar y a darles un verdadero lugar a todas las etnias americanas. Debemos aprender a incluir, porque el sol sale para todos, él no distingue, razas, religión, color. El cielo, el mar, la lluvia, la nieve, las montañas nos abrazan a todos.
El planeta es uno, el hombre ha tenido la necesidad de protegerse y delimitarlo. .
Estoy convencida que llegará el día en que respetemos desde el amor verdadero a los primeros, a los dueños de este suelo, y América comenzará a prosperar realmente. El Orden conduce al Amor.

La bandera Mapuche

El Símbolo del centro es como el dije que compré




Azul (Kalfü) Vida, Orden, Abundancia. Símbolo del universo
Blanco (Ayon-lig) Limpieza, Curación, Longevidad. Símbolo de la sabiduría y la prosperidad
Amarillo (Choz) Renovación. Símbolo del sol
Rojo (Kelü) Fuerza, Poder. Símbolo de la historia
Verden (Karü) Tierra (naturaleza), Sabiduría, Fertilidad, Poder de Curación. Símbolo de la machi
Kultrún: Los cuatro puntos cardinales. Símbolo de la sabiduría universal
Gemil: El arte de la manufactura, La ciencia, El Conocimiento, El sistema de escritura.

Mapuches
Somos un pueblo que habita a ambos lados de la cordillera, los antiguos dicen: Gulumapu, tierra del oeste y Puelmapu, tierra del este. Los españoles también nos llamaban araucanos pero nosotros nos denominamos Mapuches que significa gente de la tierra. En nuestra cultura existen diferentes grupos, Guluche, gente del oeste; Puelche, gente del este; Wiliche, gente del sur, Pikunche, gente del norte; cada uno posee características que son propias del lugar con el que nos relacionamos. Nuestro idioma es el Mapuzungun, habla de la tierra. Los antiguos eran agricultores pero también se dedicaban ala cría de aves, llamas y guanacos; de estos se obtenla la lana para el Whitral, telar donde nuestras mujeres tejían y tejen las vestimentas. Luego se conoció la lana de oveja y pelo de chivo. En el actual Chubut vivimos en comunidades; pero también hay muchos mapuches que llegamos a las ciudades en busca de trabajo. Pero se está trabajando para que esto no suceda, el trabajo de organizaciones sociales y culturales, como así también experiencias impulsadas desde los estados locales rescatan, recrean y transmiten a través de talleres aspectos significativos de nuestra cosmovisión; Ia alfarería, la platería, los instrumentos musicales, el arte textil y también el museo son ejemplos del esfuerzo por proteger nuestra cultura. .
Tehuelches
Los españoles nos llamaban Patagones, los mapuches nos dicen tehuelches, pero en nuestra lengua nos denominamos "Chonek" que quiere decir "Nosotros los Hombres". En nuestra cultura existen diversos grupos: Los Aonikenk habitan desde el norte de Chubut hasta el sur de Santa Cruz. Los Gununa Kuna poblaron desde el centro del Chubut hacia el norte, los Cheuache Kenk habitamos cerca de la cordillera. Cada uno de estos grupos forma parte de una sola cultura, según el territorio que habitamos adquirimos diferentes características, que son propias del lugar con el que nos relacionamos. Originalmente fuimos cazadores, también pescadores y recolectores de frutos. Para ello se utilizaba el arco, realizado con cuerdas de tripa de guanaco y flechas de caña con punta de piedra. Nuestra vestimenta era de cueros de animales, eran realizados por las caperas, de los mapuches adoptamos el uso de las boleadoras y con la incorporación del caballo la caza resultó más eficaz. La llegada del hombre blanco no es muy bien recordada por nosotros, las campañas militares; como la mal llamada “Campaña del Desierto”, destruyó nuestra cultura, los sobrevivientes de aquellas batallas, nos tuvimos que dispersar y formar distintos campamentos, así surgieron las reservas indígenas; en las que debíamos convivir con nuestros hermanos mapuches, ya no podíamos seguir con nuestras costumbres, ya no podíamos recorrer libremente este territorio, ya no podíamos salir de cacería porque ahora los campos estaban todos alambrados, y además en algunas regiones hasta pagaban por nuestras orejas, Luego vino a sumarse la educación escolar y la evangelización. Esto provocó que lentamente nos olvidemos de nuestro idioma. En la provincia del Chubut sólo quedan, las pequeñas reservas de Tramaleo - Loma Redonda y EI Chalfa.


Esta es una pieza de alfarería. Que se regala a los novios cuando se casan, en símbolo de que las parejas a pesar de estar unidas, deben recordar que son diferentes y tienen su propia misión de vida, por eso al servir el agua, una vierte primero y otra después.



Esta otra muy parecida pero con dos bocas hacia adelante, que se utilizaban en los encuentros entre Caciques, cuando vertían el contenido, salía simultáneamente por los dos orificios, como símbolo de igualdad entre los Jefes.
Ellos tenían un conocimiento de anclajes, orden y amor, mayor al que tenemos muchos de nosotros.
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"DE NUESTROS PADRES NO HEREDAMOS LA TIERRA, LA TOMAMOS PRESTADA DE NUESTROS HIJOS"
Pensamiento Mapuche

Adriana Fresta de Venutolo

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