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sábado, 20 de junio de 2009

Taller de Constelaciones Familiares II


“Taller Orden del Amor- aaaUn Encuentro Esperado”
"EL PADRE"... con la Madre

"El Padre es quien nos conecta con el mundo"
El respeto ante los padres como fundamento de la propia identidad.

¿Cómo podrá un hijo respetar a sus padres cuando éstos abusaron de él, lo maltrataron o lo dieron? Aquí, la atención se centrará en no confundir los niveles. Cuando se trata de que una persona, en su desarrollo, llegue a estar "completo", es imprescindible integrar interiormente a ambos padres. Una persona sólo puede encontrar su identidad estando en paz con ambos padres. "Cuando se excluye a uno de los padres, el hijo sólo está a medias, sintiendo el vacío y la falta, lo cual es la base de la depresión. La depresión se sana integrando al padre o a la madre excluidos, dándole su lugar y su dignidad." Muchas veces, las personas sienten el miedo de hacerse como sus padres, pero este rechazo de determinadas características de los padres únicamente los lleva a rechazarse también a ellos mismos. El tomar e integrar al padre y a la madre es un proceso independiente de sus cualidades y de sus actos posteriores, "es un proceso curativo".

Bert Hellinger

Fecha: 20 de Junio 2009
Lugar: C. Sagrado Corazón de Jesús

Después del taller:

Fue una mañana mágica como todas en las que uno puede ahondar con sus sentimientos, hacer un paso hacia adelante, aunque eso signifique a veces tener miedo, pero sólo siendo consciente y asintiendo a ese sentimiento, podemos encontrarnos detrás con algún dolor dispuesto a salir, y solamente estando fuera de nosotros puede dejar de quemar en nuestro interior.
Gracias a todos los participantes ya que era necesario estar todos juntos para lograr dar esos grandes pasos hacia algo más grande y maravilloso. Gracias por su presencia, sus palabras, su estímulo, su entrega, su trabajo. Gracias a Inés por colaborar este hermoso día. Ahora quiero compartir este mensaje que he recibido pero que en realidad es para todos, ya que cada uno de nosotros fuimos los protagonistas del inmenso Amor de Dios. Estoy segura que recordaran por siempre la presencia del Dr. Romer, quien representó un tatarabuelo feliz y lleno de dulzura y amor, para los que pudimos sentir su presencia fue realmente un inmenso regalo del día del Padre, una maravillosa manera de honrar verdaderamente a cada uno de los hombres de nuestra familia.
Me encantó imaginar y sentir que mi tatarabuelo estaba así de feliz, si hubiera podido físicamente estar allí.

Gracias a todos los hombres de mi familia hasta llegar a mi papá, y de él tomo la vida tal y como me la ha dado, bendíceme papá si lo hago diferente.
Tu hija...

Hola Adriana
Ya acostado, en disposición a dormir, pero sin sueño, disfrutando, gracias al Ipod de la alegre música de André Rieu, surgió el tema del taller de esta mañana, y el impulso de ahondar algo en relación al mismo, a la experiencia vivida en él contigo. Así, que tomé el grabador que guardo al lado de mi cama, y comencé a grabar. Allí, en ese taller quedó en evidencia el hecho, de la manera más contundente, de que cuando el ego desparece, el amor, la parte humana, florece. Para mí es evidente, que después del amor a Dios, el primer lugar... el amor a sí mismo le corresponde. Allí sin conocernos, sin saber siquiera el nombre de quienes estábamos, lograste crear un ambiente maravilloso de hermandad humana. Entiendo y comparto tu entusiasmo. En la sala de quimioterapia, existe ese ambiente, por lo tanto, no me era extraño. Y quizás recuerdes que cuando te describí mis vivencias en ella te decía, que era importante conocerlo, vivirlo, sin necesidad de adquirir un cáncer para ello. Tú lo lograste con creces, en un clima de alegría y en grupos sustancialmente mayores. No sabes cuanto me complace esto. Sembraste una semilla en los asistentes, y si el terreno es propicio y se la cultiva, bellas serán las flores y bellos los frutos. Ya hoy se convirtió en mañana.

Te hago estos comentarios, como observador, como testigo. Vienen del corazón, sin intervención alguna de la mente. No es un halago... es un compartir. Terminaré con una sonrisa, porque me parece que fue una de tus invitadas, eres una persona muy agradable y amable, que más de una vez no pude entender que yo iba a tu taller, ese no podía ser... el lugar que andaba buscando, y hacia otro sitio me desviaba.
Besos hasta siempre...
Dr. Miguel Romer


Para todos los que participados de este taller esta foto enviada por el Dr. Romer tiene un gran significado, en nuestra mente, en el alma y en nuestro corazón.
Nuevamente gracias por tu presencia, de parte mía y de todos los participantes, fue un honor tenerte allí.


El Siguiente comentario fue extraído del original:

1 comentario:

Adriana Josefina Fresta Capurso dijo...

A QUIEN PUEDA INTERESAR

LA “CONSTELACIÓN FAMILIAR”
CON ADRIANA


El objeto de estas líneas es comentar mi experiencia en un taller de constelación familiar realizada por Adriana el 20 de junio del año en curso.

Se trata de un procedimiento a nivel espiritual, destinado a revisar las relaciones familiares a lo largo del tiempo, de reconciliarse, a través del afecto, del perdón, con aquellos que por uno u otro motivo quedaron distanciados, y de agradecer a nuestros padres, la vida que nos dieron, independientemente de la relación –cercana o distante- que con ellos tengamos o hayamos tenido.

Pero permítanme, presentarme.
Soy médico internista con una buena preparación en psiquiatría, y estudioso de las corrientes espirituales orientales.

Actualmente estoy jubilado, desde 1988.
Durante 30 años ejercí funciones docentes a medio tiempo, en la Cátedra de Medicina Tropical de la Universidad Central. Durante esos mismo 30 años, a tiempo completo, estuve al frente del Departamento de Gastroenterología del Hospital Central de las Fuerzas Armadas “Dr. Carlos Arvelo”. Durante 3 años trabajé en el Hospital Universitario de la Ciudad de Hamburgo, Alemania. Durante 12 años, después de mi jubilación, fui el editor del ”Boletín Informativo de la Dirección de Sanidad de las Fuerzas Armadas”.

Ocasionalmente escribo para la revista ZETA, artículos sobre temas médicos. En los últimos años me he dedicado a lo cultural.

En la sala de quimioterapia, conocí un mundo nuevo. Quienes allí asisten son seres humanos, en todo el sentido de la palabra, sin máscaras, sin ego. Allí aflora el SER, esa esencia inmortal en cada uno de nosotros, que es amor. Es por ello, que el amor nunca envejece ni muere; es eterno.
Normalmente a nuestro SER no lo llegamos a conocer; el ego y la mente lo impiden. Alcanzarlo es el objetivo de la meditación al estilo oriental

Allí, en esa sala, personas totalmente desconocidas, si uno va solo, le buscan un cafecito, o el paciente de al lado le presta temporalmente sus audífonos, para disfrutar de un ratito de música. Resumiendo, allí la posición social, los títulos que se tengan o la riqueza material, pasan a ser ceros a la izquierda.

Esa experiencia, más otras decepciones como venezolano, provocaron en mi, un cambio radical: de la dedicación a lo científico, pasé a dedicarme a lo que en la vida tiene importancia trascendental a nivel espiritual, a la lectura, a la poesía, la música, a disfrutar de la naturaleza, a escribir, y a desarrollar amistades, con intereses similares.

A Adriana, Adry, la conocí por Internet hace unos 6 años, a través de sus mensajes, “comunitarios” esencialmente de índole espiritual, muy bellos, románticos a veces, que regularmente, gratuitamente enviaba.
Nunca he sabido como obtuvo mi dirección electrónica, para incluirme en su lista. Aprovecho a estas alturas la oportunidad para expresar, de acuerdo a mi experiencia de toda una vida, que las casualidades no existen.

Consideré, como una mínima expresión de cortesía, darle las gracias por los correos que regularmente me llegaban.
Cuando me habló con entusiasmo de su dedicación a las constelaciones familiares, me interesé por esta actividad espiritual. Asistí al taller.
Éramos alrededor de unas 30 personas. La gran mayoría no se conocían. Pero gracias a la excelente actuación de Adriana, al final, el ego había desaparecido, dando paso,sin conocernos, a un clima de hermandad extraordinario; como si hubiese existido una amistad de toda la vida.

Era el mismo clima de la sala de quimioterapia, pero en un grupo mayor, y lo que es mas importante, ese clima se había logrado… no en personas que han recibido el aviso, de que su pasantía por este mundo está por terminar, sino en personas físicamente sanas.

Afectuosamente, quiero felicitar a Adriana.
En este mundo de egoísmos y odios, toda iniciativa dirigida a despertar el amor, merece el mas alto reconocimientos y la más alta recomendación.

Caracas 7 de octubre del 2009.

Miguel A. Römer R.